CUPPING bá guàn
¿Qué es la aplicación de las ventosas?
Se trata de uno de los métodos terapéuticos empleados en la Medicina Tradicional China (MTC) con la finalidad de provocar determinados estímulos cutáneos y tisulares mediante la producción del vacío.
Es una técnica muy útil en el tratamiento de problemas de los meridianos debido a un estancamiento de la sangre o del Qi. También es eficaz para expulsar los factores patógenos externos sobretodo el viento y el frío.
Consiste en aplicar ventosas, y si no se dispone de ellas se pueden aplicar tazas o vasos a modo de ventosa sobre determinados puntos acupunturales del cuerpo.
La aplicación de ventosas en inglés se llama cupping (de cup, "taza"), por eso a veces se llama "terapia de las tazas chinas".
¿En qué se basa la aplicación de ventosas?
Las Ventosas tradicionales pueden ser de cristal, de bambú, de cerámica o de arcilla.
Las ventosas modernas pueden ser de plástico con bomba de aspiración, con pera de goma o magnéticas.
Las ventosas modernas se aplican gracias a una bomba de aspiración o pera de goma. Son muy prácticas. En cambio, para aplicar las ventosas tradicionales es necesario quemar una bola de algodón previamente mojado con alcohol en el interior de la ventosa. La combustión del oxígeno crea un vacio de aire dentro de la ventosa que al colocarla sobre la piel hace que se pegue a ella, que la succione. Esta técnica además de ejercer el efecto de la succión es más efectiva porque el calor del fuego ayuda a que los poros de la piel se abran y así los factores patógenos se eliminen.
Las ventosas se pueden aplicar de varias formas, pueden dejarse retenidas o fijas, pueden quitarse y ponerse rápidamente, pueden moverse una vez aplicadas, se pueden sacudir, girar...
Una de las opciones consiste en colocar las ventosas y dejarlas inmóviles sobre la piel entre 10 y 15 minutos. Otra opción, consiste en hacer deslizar las ventosas por la espalda mientras se mantiene el efecto ventosa. Para ello, antes de colocarlas, se aplica aceite sobre la piel para lubricarla y facilitar los movimientos. Esta segunda opción es tan agradable como un masaje, aunque a veces, llega a dolor.
La aplicación de ventosas fijas habitualmente deja una marcas circulares en la piel, son hematomas provocados por la succión. La sangre y las toxinas han aflorado a la piel. Estas marcas desaparecen en una semana.
La aplicación de ventosas provoca:
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Efecto revulsivo (inflamación externa para quitar un problema interno).
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Efecto relajante muscular.
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Efecto analgésico.
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Hiperemia local.
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Eliminación de factores patógenos externos, sobre todo frío y humedad.
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Activación de la circulación de XUE (sangre).
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La aplicación de ventosas estimula el metabolismo.
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Regulan el sistema nervioso.
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Aumentan las defensas.
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Mejoran los tendones.
¿En qué nos puede ayudar las ventosas?
La terapia de aplicación de ventosas tiene aplicaciones muy amplias; en general, tanto las enfermedades de la medicina interna, como las del sistema nervioso o locomotor entre otras. Por ejemplo: resfriados, tos, asma, celulitis, dismenorrea, parálisis facial, entumecimiento de los miembros, mordeduras de serpientes...
Podemos decir que siempre van bien cuando queremos eliminar toxinas de una zona concreta; derivar la sangre hacia otra zona; aportar sangre o nutrientes a otra, etc.
Origen e historia de la aplicación de ventosas
Es una terapia muy antigua, cuyos registros se encuentran en diversas partes del mundo, incluso nuestras abuelas las utilizaban con asiduidad, para los casos de resfríos o los empachos.
La terapia de aplicación de ventosas tiene en China una larga historia que se remonta a más de 2000 años. Es un método creado y desarrollado por los trabajadores conformando parte del tratamiento de la MTC. Se hallan datos en obras antiguas, en la dinastía Jin (265-420) ya aparece una obra en la cual se detallan aplicaciones con este método.
También los egipcios la usaron, dejaron constancia escrita de su uso e Hipócrates y Galeno fueron defensores de sus numerosos beneficios. En Europa y América los médicos empezaron a utilizarla a principios del siglo XIX y desde entonces ha venido confirmándose clínicamente lo que la observación había mostrado: la aplicación de ventosas aporta numerosos beneficios para la salud.
La medicina árabe las utiliza desde hace miles de años con registros de innumerables enfermedades tratadas, las llamaban "Hijhama". Incluso las utilizaban en determinados días del mes respetando los ciclos lunares para obtener mejores efectos terapéuticos.
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